martes, 4 de agosto de 2015

Un año después...


©mariauxivi.blogspot.com
Se me han presentado varias lecturas y actividades que me motivan a  reflexionar, he sucumbido al impulso de escribir y trataré de plasmar en estas líneas lo que en mi mente, con la asistencia del Espíritu Santo que me anima a escribir.

"Solo siéntate y realiza tu practica, dos veces al día, no tienes que hacer nada mas, el Señor se encargará de todo". Estas eran las palabras que indicaban mi misión en tierras extrañas.

Un año después, asistía al  primer Taller de Oración Centrante en Panamá. Un hermoso regalo ya que participando de la presentación de los hermanos de Honduras y teniendo la posibilidad de "ver los toros desde la barrera" ha sido una experiencia enriquecedora. Sus testimonios y su ser y hacer me han llegado.

 Solo he tenido que realizar mi practica diaria y esperar, como me lo indicaron. Deseo de todo corazón que se den frutos de esta actividad. En manos de Dios.

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He podido darme cuenta en este Taller de muchas actitudes, disposiciones que no me han ayudado. Me falta mucho para ver a Dios en todo y en todos.

Cuando ya "me creo" estar en la cumbre del espiral, algo sucede y otro espiral ya está sobre mi vida espiritual, pero que hermoso que sea así pues allí veo la Misericordia del Padre que a pesar de nuestras caídas tenemos la oportunidad de crecer en el amor nuevamente... y a veces o la mayoría de las veces es en nuestras propias familias, en los más próximos donde se nos hace todo cuesta arriba., pues nos olvidamos de ellos para ir a la periferia.

La charla sobre la condición humana que gentilmente nos presentaron en el Taller, fue reforzada en la liturgia del Domingo. " Qué barbaridad, Papá Dios, me tienes en seguimiento" le decía a Dios Padre luego de la lectura de la Oración Colecta del Domingo:

 "Ayuda, Señor, a tus siervos y concede tu bondad inagotable a quienes te invocamos, para que restaures los dones creados y para que conserves lo que restauras en quienes nos gloriamos de tenerte como creador y como guía".

Y es que gracias al blog Corazón eucarístico de Jesús: El Sagrario, he aprendido a leer minuciosamente la liturgia y me he llevado hermosas sorpresas.

El falso Yo que nos habla el padre Keating nos hace caer en nuestra transformación en Cristo, por eso en la oración colecta anterior le pedimos al Padre nos restaure a su imagen y semejanza, tal como fuimos creados y le pedimos que conserve eso que restaura, nuestro verdadero Yo. Ahora pareciera que me río de mi falso Yo, mi naturaleza caída, ¡que barbaridad! hasta amo mis debilidades, y se las entrego al Padre para que me restaure.

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El conocer este otro lado de Ciudad de Panamá, conocer otra parroquia y la Pastoral Familiar que allí se desarrolla ha sido una gran experiencia, desde el hecho de realizar el recorrido en transporte público con anterioridad para conocer el camino, gracias a mi esposo que me fue indicando, hasta el extravío que tuve el día del taller y a la chofer de taxi que me rescató en una avenida y me dejo sana y salva  en el lugar convenido, ha sido constatar que cuando Papá Dios tiene algo entre manos, se sale con la suya.

Queridos hermanos que están en el camino de Extensión Contemplativa, escribo esto para ustedes, ver la presencia de Dios en todo, en la inteligencia del hombre realizando miles y miles de cosas, ver la presencia de Dios en la naturaleza, en el tráfico congestionado, en el anciano desconocido que quiere charlar, en el joven que escucha música, en el chofer del metrobus que olvidó indicarme la parada, ver a Dios en todos y en todo, es vivir lo ordinario de manera extraordinaria.

©ECI

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"Aquiéntense y reconozcan que Yo soy Dios". Sal 46,11






1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias Maria Aux por compartir esa hermosa experiencia y ojalá todos poco a poco vayamos aprendiendo y reconociendo a Dios en cada situación y en cada hermano

Señor, te creo.

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